Review Armaduras Medievales

¿QUE SON LAS ARMADURAS MEDIEVALES?
Las armaduras medievales fueron un factor esencial para los caballeros de la edad media, resguardándoles frente a las acometidas que pudiesen padecer con espadas o bien otras armas. Ya desde la antigüedad cuando el hombre debía enfrentarse a un combate cuerpo a cuerpo, procuraba resguardarse de alguna manera, primero con pieles de animales, entonces con cuero, y finalmente con los metales, con las armaduras.
Las armaduras han ido evolucionando con el tiempo, sobre todo en su protección y en las decoraciones.
Así, podemos llamar armadura medieval al conjunto de piezas usadas para la defensa, efectuadas en acero (o bien algún género de metal), que cubrían todo el cuerpo de los caballeros de la Baja Edad Media y principios de la Edad Moderna. Las armaduras de los caballeros se acostumbraban a emplear en combates, campeonatos, y en enfrentamientos bélicos, con lo que las armaduras les asistían mucho en su defensa, procurando que les ocasionaran el menor daño posible.
Las hachas, así como las lanzas y espadas, eran unas de las armas medievales más eficaces.
Podría decirse que el inicio de la utilización de las armaduras fue en Egipto en el año cuatro mil antes de Cristo, los materiales que usaban en la mayoría de las armaduras era piel de cocodrilo y cuero reforzado con bronce. Estos materiales que se empleaban para efectuar las armaduras han ido evolucionado con el tiempo, comenzando con las pieles y los huesos, hasta llegar al empleo de los metales.
Las primeras piezas que se efectuaron para la protección estaban destinadas a las zonas más enclenques y también indefensas del cuerpo, o bien para las partes donde una herida podía provocar más de forma fácil la muerte del guerrero, como la cabeza y el leño, que fue la primera cosa que resguardaron.
Se empezó utilizando los camisotes (una evolución de los cinturones) de piel de búfalo, que iban reforzados con escamas metálicas, ciertos llegando hasta la cadera y otros más largos que llegaban hasta los pies. Algún caballero asimismo usaba espinilleras con el objetivo de resguardar la parte delante de las piernas.
La zona de la cabeza y cercanías se comenzó a resguardar por que el escudo no la llegaba a cubrir. Cabe decir que el casco o bien yelmo era la pieza que en el pasado caracterizaba al caballero medieval, se empleaban metales para efectuarlo y se dibujaban ornamentos, para resaltar entre el resto. En ocasiones eran reforzados con bronce o bien se les ponía colmillos de cerdo salvaje, puesto que estos pesaban poquísimo.
A lo largo del primer milenio a. de C., en el viejo Egipto, los camisotes se alargaban desde las axilas hasta las rodillas y se mantenían a los hombros con el empleo de correas. Estos se efectuaban con cuero, reforzadas en ocasiones con acolchamientos, con anchas láminas metálicas, aun con escamas de bronce (ciertas de más de veinte centímetros de anchura) Los guerreros utilizaban además de esto espinilleras y aros de metal que cubrían los brazos por vez primera.
En el siglo XV a. de C. ya se comienzan a ver armaduras cubriendo el torso, estas se efectuaban con pieles de animales donde se incrustaban piezas de bronce, se les llamaba armaduras de lorigas o bien escamas. Por otro lado se comenzaron a utilizar espinilleras con láminas metálicas, para cubrir una parte de las piernas, y un cinturón grande para proteger el abdomen. Asimismo en este siglo en Siria se comenzaron a robustecer los trajes tradicionales, se usaban camisas con mangas cubiertas de escamas de bronce (cosidas en filas flexibles en láminas), que fueron utilizadas como armadura, esto se efectuaba en tanto que muy frecuentemente iban en carros y no podían llevar escudos, en tanto que llevaban las manos ocupadas, y no podían mantenerlos.
Más tarde los helenos desarrollaron estas armaduras, efectuando petos y espalderas de una sola pieza, de forja o bien fabricadas en metal unas sobre otras con reforzamientos acolchados, y asimismo con espinilleras para cubrir las piernas.
En la temporada de esplendor heleno la parte superior del cuerpo no iba protegido, tampoco la parte superior de las piernas (que iba cubierta por una falda de tiras sueltas) ni el brazo derecho, puesto que suponían que eran zonas del cuerpo que estaban a salvo por la habilidad del guerrero en el combate cuerpo a cuerpo y por la protección del escudo. Este era de suma importancia en tanto que no solo hacía la función de resguardar el brazo izquierdo sino resguardaba asimismo la zona del corazón.
Los iberos empleaban una armadura de discos para resguardar principalmente la zona del pecho. Los samnitas (guerreros del pueblo itálico) empleaban corazas de discos, mas que tapaban más zona del pecho. Los celtas, por otra parte, usaban petos que cubrían el torso y la zona de los hombros; y los cascos, en ocasiones eran embellecidos con acabados geométricos los que se le incorporaban ciertas plumas.
Los guerreros samnitas se resguardaban la zona del pecho con la armadura de discos.
En la ciudad de Roma, la infantería ligera (vélites) igual que los samnitas y más tarde los gladiadores, llevaban ócreas o bien espinilleras en la pierna izquierda, al paso que los hastatos (hombres de clase media que formaban la infantería pesada) las llevaban en la derecha, conforme fuesen una o bien otra la pierna que adelantasen en el combate.
Referente a la zona del leño, los romanos usaban la loriga de escamas de metal (si bien asimismo de hueso y de cuerno), que iba cosida. Esta cubría el pecho, la espalda, el vientre, las caderas y los hombros; y en el caso de los soldados de caballería pesada, empleaban una armadura semejante que les cubría hasta los pies y las manos.
A lo largo de la República, la loriga se redujo bastante, sin mangas, llegando solo hasta las caderas, cubierto con una red de pequeños y apretados anillos de hierro, no obstante a lo largo de la temporada imperial se efectuó una coraza más dúctil formada con láminas anchas de acero cubriendo todo el leño que dejaban más libertad al soldado. Sin embargo, la pieza más famosa del Imperio Romano era la que estaba formada por 2 piezas, el peto y el espaldar. Las dos se amoldaban al cuerpo, dando mayor libertad de movimientos. Referente al casco, parecía etrusco, tenía una cubrenuca y yugulares.
El mayor inconveniente de la loriga romana era que las axilas se quedaban al descubierto.
Tras el declive del Imperio Romano se produjo un regresión en el desarrollo de las armaduras. Podría decirse que se comenzó de cero otra vez, utilizando vestiduras que solo se usaban para defenderse de espadas, dagas, hachas, alabardas y lanzas.
Los guerreros germanos y francos empleaban vestidos sin mangas de cuero o bien cuadro acolchado que hasta el siglo XIII no se guarneció con anillos, mallas o bien planchas de metal, e inclusive con tiras metálicas que formaban un enrejado rematado en los huecos por gruesos clavos. A esto lo llamaban loriga, o bien asimismo brunia o bien brunica, la que llegaba hasta las caderas, si bien cara el siglo X se cubrieron asimismo los muslos hasta la rodilla, y más tarde se le agregaron unas mangas que llegaban eminentemente hasta el codo y después hasta las muñecas, las manos proseguían estando al descubierto. En los pueblos germanos y francos los cascos eran una simple capellina, no tenían gorra ni yugulares, y entrando en el siglo X se le agregó un nasal recto.
En España, los invasores visigodos empleaban la loriga (con sortijuelas de acero) y el capacete. Asimismo se comenzó a emplear el jubón acolchado (camisa ajustada al cuerpo que cubría desde los hombros hasta la cintura), asimismo llamado perpunte o bien gambax, de este modo el cuerpo quedaba protegido de rozaduras que podía generar la loriga o bien de golpes que podían resentir el cuerpo del soldado.
Por otro lado estaban los normandos que llevaban una loriga más larga y ceñida al cuerpo, además de esto cubría las rodillas y los brazos hasta las muñecas. Se comenzó a separar las mangas y los calzones en diferentes piezas que se sostenían a otras con hebillas y correas. El cuello y la nuca iban cubiertos con un capuchón de malla puesto bajo el yelmo o bien del bacinete. Si estas piezas se hallaban unidas se le llamaba bacinete con canal.
Las primeras evoluciones de relevancia que se dieron en las armaduras fue que desaparecieron las lorigas (puesto que dejaban sin protección las axilas) con lo que se reemplazaron por la jacerina o bien cota de malla, esto tuvo lugar en toda Europa sobre el siglo XI. La jacerina está formada por anillos que van forjados y tienen un diámetro pequeño. Se efectuaba con una base de cuero reforzado con discos metálicos. Las únicas desventajas eran, por un lado que costaba bastante dinero, de ahí que la acostumbraban a usar solo los nobles, y por otra que pesaba bastante, unos once Kilos.
Asimismo fue mejorando el metal hasta el momento en que se llegó al acero temperado, más resistente y modulable. De esta forma brotaron las armaduras de placas, que se efectuaban artesanalmente por maestros armeros. La primera pieza completa metálica que se extendió fue el peto, si bien el guardabrazo asimismo tuvo una enorme evolución, al adaptársele láminas articuladas para facilitar el movimiento, al paso que el semblante se resguardaba con el varaescudo y el cuello con la gola.
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La cota de mallas se formaba por la unión de pequeños discos metálicos.
El peto se hizo poco a poco más corto para facilitar los movimientos del caballero mientras que cabalgaba, lo que dejó el estómago al descubierto; mas esto se resolvió a través de unas piezas articuladas llamadas faldar. Sin embargo, las caderas quedaban asimismo al descubierto, con lo que se ideó una pieza que las cubrían llamada escarcela. La entrepierna, era una zona que asimismo continuaba desamparada, fue protegida por la carajera.
Para combatir el efecto del calor, y sobre todo como ornamento, desde la segunda cruzada, comenzó a utilizarse una sobrevesta o bien cota de armas sin mangas a la que ajustaba el talabarte, por donde pendía la espada. Pronto esta sobrevesta, de la misma manera que el casco y el escudo, se adornó con signos y figuras que servían de diferente al caballero, y que más tarde tendría una significación heráldica (el blasón) A fin de que tampoco se generaran rozaduras en el semblante o bien en el cuello del caballero, este vestía una visera o bien capucha de paño acolchada cuyas puntas se ataban bajo la barba; esta prenda podía ser teñida con los colores preferidos del caballero, colores que pronto pasaron asimismo a ser parte del escudo.
Se fueron introduciendo protecciones para zonas concretas, por servirnos de un ejemplo, los guantes de cuero se cubrían de malla o bien pequeñas piezas metálicas, asimismo se efectuaron medias y escarpines de mallas, codales y rodilleras, guardabrazos y quijotes, puestos sobre la cota. Vamos, todas y cada una de las zonas perceptibles del caballero estaban tapadas con planchas de acero, salvo la parte inferior de los muslos y las nalgas, que quedaban protegidas por la silla y el cuerpo del caballo.
Las armaduras se fueron mejorando con el empleo de piezas concretas, por servirnos de un ejemplo los codales, para la protección de los codos.
Para los que no se podían permitir este género de armaduras se realizaron 2 tipos diferentes, en los siglos XIV, XV y principios del XVI. Eran la jacerina por una parte y la brigantina por el otro. La primera muy utilizada en la Europa oriental, estaba formada por láminas de metal unidas a un traje interior de paño; y la segunda era igual que la jacerina mas invirtiendo el orden, las láminas iban remachadas en el un jubón de refulgentes colores, rematado con tachones de cabezas labradas y doradas. Estas protecciones fueron muy frecuentes en España y también Italia.
La armadura medieval podía estar constituida durante más de doscientas pieza:
- El casco y semejantes, para resguardar la parte superior de la cabeza.
- De vez en cuando el casco llevaba gorra para cubrir el semblante.
- La babera o bien barbote para la protección de la boca, barbilla, y mandíbulas.
Con el barbote resguardaban la zona de las mandíbulas y la boca
- La gola que servía para cubrir el cuello. El gorgal o bien gorguera en la parte alta del pecho, incluyendo la garganta y la espalda, llegando a substituir a la gola.
- La cubrenuca para cubrir la zona que va del cuello a los hombros.
- EL lámete o bien yelmo, que es un casco mas cerrado. EL yelmo estaba formado por: la cimera (para decorar, ubicada en la zona más alta), la celada( para proteger la cabeza), y el collar (ornamento, toda la circunferencia inferior del yelmo) Acostumbraba a ser la pieza más cara, puesto que era la responsable de resguardar una de las zonas más importantes: el cerebro.
EL yelmo efectuaba exactamente la misma función que el casco, mas este era plenamente cerrado
- La ventalle, que era la pieza móvil ubicada a la vera de la gorra, y que cerraba la parte delante del lámete.
- El alpartaz de malla, que cubría el cuello mas dejándole movilidad.
- El ristre, era el hierro del peto del armadura que servía para consolidar la lanza.
- El peto para cubrir el pecho.
Los petos fueron adaptándose y se fueron efectuando más cortos a fin de que el caballero tuviese mayor movilidad
- El espaldar para cubrir la espalda.
- El volante o bien falda por la cintura y caderas.
- Las escarcelas que llegaban algo más abajo que el precedente, que se ataban a la falda.
- Los escarcelones, especie de escarcelas mas pero grandes, que se extendían con articulaciones hasta las rodillas.
- El guardarrenes, o bien prolongaciones del espaldar más desarrollados que servían para resguardar la zona lumbar.
- La pancera para el vientre y estómago, hecha de malla.
- La bragadura, para resguardar la zona de la entrepierna.
- La culera, para los glúteos, asimismo fabricada de malla.
- Las hombreras, que cubrían los omoplatos (a veces estas asimismo cubrían la parte delantera, reemplazando a las bufas) en el hombro.
Las hombreras eran otras de las piezas concretas de la armadura medieval, que tenían la función de resguardar la zona de los hombros, tal y como señala su nombre
- Los guardabrazos, para resguardar la parte superior del brazo.
- Las sobaqueras, para proteger la parte delantera y trasera de las axilas.
- Los codales, para cubrir el codo.
- Los brazales, pata cubrir el brazo y el antebrazo.
- Los cangrejos, para la parte opuesta del codo o bien sangría del brazo.
- Las manoplas, lúas, guanteles, manteles o bien mandiletes, con piezas móviles para cada dedo, que resguardaban las manos, y las muñecas.
Los guanteletes se efectuaban poco a poco más cómodos para el caballero, la zona de los dedos eran aun articulada.
- Las bufas, para resguardar la zona de la clavícula.
- Los quijotes o bien musleras, para la protección de los muslos.
Los quijotes servían para resguardar al caballero la zona de los muslos
- Las rodilleras, resguardando las rodillas, que iba acompañado prácticamente siempre y en toda circunstancia por unos abanicos por la una parte de fuera de las rodillas, para cubrirlas de los golpes laterales.
- Las grebas para la zona baja de las piernas, a veces llevaban medias grebas articuladas que resguardaban la parte inferior de las rodillas.
- Los grebones, para resguardar las pantorrillas.
- Escarpes o bien escarpines, que tenían el fin de proteger el empeine, asimismo se utilizaban zapatos herrados para resguardar los pies.
- La tarja o bien tarjeta, era un escudo que iba en la zona superior izquierda del peto, con el distintivo del caballero.
La primera pieza que debía ponerse un caballero al ponerse una armadura medieval era la cota de malla (que podía llevar una capucha o bien almófar, puesta bajo el yelmo) Tras la cota de malla se ponía el gorjal. A este se le unían la coraza o bien peto y los guardabrazos. La zona de las piernas se empezaba a montar por los pies. Las piezas se iban sosteniendo entre ellas a través de correas, ganchos, tuercas y clavos. Al terminar de montar toda la armadura, su peso final era de unos treinta o cuarenta Kg., e inclusive más. A raíz de esto el caballero no podía moverse con toda la libertad posible, este caballero sería prácticamente inmejorable mas por otro lado asimismo inamovible. Para montar toda la armadura el caballero precisaba de un escudero que le ayudase a vestirse y desnudarse, y a ponerse en el caballo. Estos aparte de ser sus compañeros habituales eran sus sirvientes, y les limpiaban la armadura y las armas y protegían sus recursos y posesiones, e inclusive llegaban a dormir en su puerta como guardián. Asimismo les curaban las heridas, y en caso de que el caballero muriera eran los encargados de hacerles un funeral apropiado.
Los escuderos tenían la función de asistir al caballero, aun limpiándole su armadura y sus armas.
Un caballero con armadura medieval en un caballo era prácticamente imposible de vencer o bien derrotar, mas si este se caía al suelo, sería un contendiente muy simple de derrumbar, en tanto que pesaba tanto que le sería prácticamente imposible levantarse y moverse con sencillez.
Para combatir asimismo se empleaban caballos con armadura, para poder defenderse de los ataques de los combatientes, en el siglo XII ciertos caballos ya iban dotados de armadura o bien barda. Las piezas usadas para la armadura del caballo eran de forma y aspecto muy similar a la de los caballeros. Primero se comenzó a emplear el cuero, entonces la malla y por último los metales. Las armaduras para los caballos eran muy diferentes, de diferentes formas y estilos, llegando aun a ser más bonitas que las de los caballeros medievales.
Ciertas piezas de la armadura del caballo eran:
- La fachada, para proteger la cabeza del caballo.
- La capizana, para la protección del cuello.
- La pechera o bien petral, para proteger la una parte del pecho, en esta pieza se acostumbraba a poner el distintivo heráldico
- Las flanqueras, para proteger la zona de los costados.
- Las bardas o bien gruperas, para resguardar la grupa o bien parte posterior del caballo.
- Asimismo podríamos nombrar el arzón, que es la parte que se une a la silla de montar, si bien su función consistía más para proteger al caballero que al caballo, se trataba de que el caballero no tuviese golpes por lanza en la zona genital.
En el siglo XV se dio la temporada de mayor apogeo de las armaduras de combate, a esta se le llamó armadura gótica, con zonas llanas y bastante brillo, y con sugerentes curvas y decorados, mas sin exageración, solo en los bordes. Los petos, cascos y guardas de los brazos, y las piernas tenían zonas con hendiduras y estrías, al tiempo que la zona de los dedos de los pies se efectuaban anchísimas. Las armaduras de esta temporada son unas de las más magníficas, y si bien se efectuaban para combatir, jamás se hicieron unas armaduras tan magníficas. A lo largo de este siglo el caballero iba armado totalmente, absolutamente envuelto en la armadura.
No podríamos charlar de todo esto sino más bien hubiesen existido los armeros, las personas que efectuaban el trabajo de crear las armaduras. Este oficio viene de años atrás, y tuvo mucha relevancia en el Imperio Romano. Muchas familias completas se dedicaban a esta ocupación. La primera cosa que se efectuaba en el proceso de preparación de las armaduras era la forja, después se pulían, se acoplaban las piezas y se ponían las correas, los forros y los rellenos, y en caso de que lo llevase se grababa el escudo o bien distintivo y se adornaban, ciertas de ellas con oro. El grabado era la manera más tradicional de vestir el metal, era un proceso complicado y laborioso. Asimismo podríamos charlar de la heráldica, eran unas insignias o bien blasones que servían para distinguir a los caballeros en el campo de batalla. Cada noble tenía su blasón, y lo estampaba en el escudo, el sobretodo o bien en su bandera. Cada insignia era única y también individual. Así con las insignias los combatientes podían distinguir a los contrincantes.
Los armeros eran los encargados de efectuar los grabados a las armaduras medievales.
El empleo de la armadura medieval fue cayendo en declive, en tanto que con el invento de la pólvora la armadura dejaba de tener la utilidad por la que se había creado, para los combates cuerpo a cuerpo, lo que deja de hacerse con este nuevo invento, donde se guardan las distancias. La pólvora fue descubierta en el siglo XI en China, mas la empleaban solamente para fuegos de artificio o bien afines. Los europeos fueron los que descubrieron y desarrollaron usos más destructores. A inicios del siglo XIV apareció la primera arma de pólvora, esta era un cañón que proyectaba lanzas, más tarde se comenzaron ha emplear balas de piedra y de hierro.
Ciertos sitios interesantes donde podemos ver ciertas de estas armaduras son: en la Armería Real de la capital de España, en el Museo del Ejército de la ciudad de París, en la Torre de la ciudad de Londres, en la ciudad de Nueva York, o bien en el Museo de Arte Histórico de Viena.
Se podrían mentar ciertas anécdotas sobre las armaduras por servirnos de un ejemplo que en el momento en que un caballero con armadura se quería subir al caballo se precisaba una grúa, en tanto que el caballero no podía subirse por si acaso solo. Una armadura pesaba por lo menos unos treinta y cinco Kilos, si bien podía cambiar mucho puesto que se podían poner más de una armadura, una sobre la otra, diríase que en ciertos casos caballeros murieron por infartos o bien embolias, si bien asimismo debería ver la nutrición tomada ya antes de la batalla. Asimismo habría que resaltar que estos caballos eran entrenados de una manera singular, acostumbraban a ser más fuertes y diligentes de lo normal, mas que por el peso que debían aguantar su movilidad era asimismo más reducida.
¿Cuál era la mejor armadura?
Para los combatientes de la Edad Media, portar una armadura era tan agotador que podría haber decidido el resultado de ciertas batallas conocidas, conforme un reciente estudio.
Los científicos que efectuaron el trabajo vistieron a voluntarios con réplicas de armaduras del siglo XV y les solicitaron que pasearan y corriesen sobre una cinta mecánica.
Los participantes consumieron altos niveles de energía, mientras que cargaban un enorme peso sobre sus piernas y su respiración se veía limitada.
El estudio fue publicado en la publicación científica británica "Proceedings of the Royal Society B".
Tal era el efecto de cargar la armadura, que los estudiosos piensan que podría haber influido en el resultado de la Batalla de Agincourt, en la que un número superior de caballeros franceses fue derrotado por más magras fuerzas inglesas en mil cuatrocientos quince.
Basándonos en su estudio, los científicos estiman que las posibilidades de los franceses de vencer se redujeron dramáticamente por el hecho de tener que avanzar cara la línea inglesa -que los aguardaba en una situación fija- por medio de un campo lodoso cargando sus pesadas armaduras.
Graham Askew, quien lideró el equipo que efectuó el estudio, dijo: "Estas armaduras, que pesan entre treinta kgs y cincuenta kgs, representan un alto porcentaje del peso anatómico de quien las viste".
Batalla a la carrera
En el siglo XV se dio una carrera armamentista, en cuyo marco se mejoró el arco y se desarrolló la ballesta, y asimismo evolucionaron las armaduras.
En la Europa de fines del Medievo, estos robustos trajes de guerra, construidos esencialmente de placas de acero unidas entre sí, cubrían a los soldados de pies a cabeza.
Mas más protección implicaba asimismo mayor peso y torpeza; y si bien los científicos siempre y en todo momento habían estimado que esto reduciría la capacidad de los soldados, absolutamente nadie hasta el momento había medido cuánto.
Para hacerlo, los estudiosos le solicitaron a 4 hombres que frecuentemente participan en representaciones de viejas batallas, que se pongan sus réplicas precisas de armaduras inglesas, gótico-germanas y también italianas y se subiesen a la cinta.
El equipo calculó cuánta energía consumían, midiendo la cantidad de oxígeno que aspiraban y de dióxido de carbono que espiraban.
Con cámaras de gran velocidad asimismo pudieron valorar de qué forma usaban los voluntarios sus miembros.
Askew, de la Universidad de Leeds, trabajó con colegas de las universidades de Oxford y de Milán.
Dijo: "Nuestro primordial descubrimiento fue que el costo de desplazar la armadura, en concepto de energía, era altísimo".
El equipo advirtió que pasear y correr con la armadura consumía el doble de energía que hacerlo sin ella.
La pechera y la placa de la espalda asimismo afectaban la respiración: en lugar de poder respirar de manera profunda mientras que se movían con intensidad, los voluntarios se vieron obligados a efectuar inhalaciones breves y muy usuales, lo que consume más energía.
Dolor en las piernas
Los científicos asimismo equipararon el desempeño de los voluntarios cuando llevaban la armadura y cuando cargaban un peso equivalente en sus espaldas (como el que podría transportar en su mochila un soldado moderno).
Askew afirmó que "había una enorme diferencia: es considerablemente más costoso (en concepto de gasto de energía) cargar la armadura que el peso en una mochila".
"Deseábamos ver por qué razón era así; y una de las primordiales razones es que si uno lleva una armadura una gran parte del peso, unos siete o bien 8kg, está en las piernas".
"Esto implica que al pasear uno precisa más esmero muscular para desplazar las piernas, y gasta considerablemente más energía".
El equipo afirmó que sus descubrimientos le habían tolerado observar de qué forma compensaba (o bien no) en el campo de batalla esta protección extra, en lugar de una mayor capacidad de maniobra y capacidad física para batallar.
Askew explicó que "sí, podrían haberse quitado las unas partes de la armadura que iban sobre las piernas, mas esto habría implicado que podían percibir una herida allá y fallecer de todas formas".
Añadió, no obstante, que esto podría no haber sido un inconveniente en el siglo XVI.
Con la llegada de las armas el combate cuerpo a cuerpo redujo, lo que influyó en el diseño de las armaduras.
"Es interesante ver que con el desarrollo de las armaduras en el siglo XVI la primera parte que se descartó fue la de la parte baja de las piernas; eso es lo que descubrimos que acrecentaba el costo de moverse", afirmó el científico.
Thom Richardon, guardián de armaduras de la Armería Real en Leeds, R. Unido, dijo: "Es interesante utilizar el procedimiento científico para contestar a estas preguntas, y confirma lo que sospechábamos: las armaduras pesadas dismuyen en buena medida la capacidad de moverse".
"Mas absolutamente nadie utiliza algo en el campo de batalla si no es útil".
¿Cuánto puede llegar a pesar una armadura medieval?
Una armadura completa consta de numerosas piezas articuladas, habiendo llegado a reunirse hasta el número de doscientos cincuenta en un combatiente con el peso de unos veinticinco a treinta kg, mas las más frecuentes y también esenciales dismuyen a unas veinticinco, distribuidas en los 4 conjuntos de cabeza, leño y extremidades superiores y también inferiores.
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